En 2016 la tasa de actividad de las personas con discapacidad se situaba en el 35,2%. Al distinguir el tipo de discapacidad, se observan tasas de actividad más elevadas entre las personas con discapacidades de la audición (61,3%) y de la visión (48,1), mientras que las tasas más bajas corresponden a las de las personas con discapacidad intelectual (32,2%) y enfermedad mental (27,7%). Entre las personas con discapacidad física la tasa de actividad se sitúa en el 41,9%, algo por encima de la media de la población con discapacidad.
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